RUTA DE 1 DIA.
RUTA ESPECIAL COLECTIVOS: (Familias, Grupos y asociaciones, Clubes deportivos, Colegios e institutos).

La Vía de la Plata fue la ruta que el Imperio Romano creara para comunicar Hispalis (Sevilla), inicial centro romanizador del sur peninsular desde el siglo III a.C y capital de la Betica, con las nuevas ciudades septentrionales del oeste peninsular pertenecientes a la Lusitania, como Augusta Emerita (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga). Esta fundamental vía romana de comunicación administrativa, comercial y militar, perviviría tras la llegada de los pueblos germánicos y la propia ocupación islámica, durante la cual se denominaría como «balata» (vía pavimentada), derivando después en el cristiano vocablo de «blata». 

Con la aparición de la devoción al Apóstol Santiago en Compostela, se generan peregrinaciones multitudinarias hasta el sepulcro del santo, fundamentalmente desde Europa a través del Camino Francés, pero también desde el sur peninsular a través de la Vía de la Plata, renombrada como Camino Mozárabe. Esta vía compartiría uso con los ganados de la Mesta que utilizaron su calzada desde el siglo XIII para realizar sus estacionales recorridos desde tierras castellanas hasta la Extremadura, en busca de pastos y alimento durante el frío invierno del norte. Y ya en edad moderna siguió cumpliendo su función comunicadora entre territorios peninsulares, hasta que su enlosado y señalización se fueron perdiendo a partir del siglo XVIII, quedando hoy solo pequeños tramos que conserven un estado aceptable y reconocible.

La ruta que le proponemos, recorrerá el  primer tramo que la Vía de la Plata recorre por las tierras extremeñas del sur, pero en sentido inverso al de peregrinación santiaguista, es decir desde la localidad pacense de Monesterio a la andaluza del Real de la Jara donde terminará. Así una visita al Centro de Interpretación de la Vía de la Plata sito en la población extremeña, nos iniciará en el recorrido a realizar, llevándonos a sus diferentes etapas históricas y dándonos los conocimientos básicos necesarios para comprender su importancia.

Tras esa visita, iniciaremos la ruta entre dehesas, dejando al oeste la Sierra de Aguafría y sus miradores, disfrutando de una ruta a la sombra de encinas y alcornoques, donde el cerdo ibérico en montanera se mueve en su hábitat natural y donde probablemente avistemos aves rapaces y encontremos diferentes especies de flora y fauna autóctona. Justo al finalizar la ruta, podremos visitar los restos del Castillo de las Torres, vigía histórico de la vía y prueba de que la misma fue protegida en la baja Edad Media como itinerario comercial y de enlace entre fronteras…